Después del momento macarra con Manowar, regreso con un clásico de la literatura para redimirme, "Cumbres borrascosas" de Emily Brontë, uno de los libros que más me ha gustado, diría más, entusiasmado en los últimos tiempos.
Me compré hace casi un año un ejemplar de bolsillo, pensando que no me gustaría, porque lo habían recomendado en un programa de radio que sigo bastante y lo encontré barato. Lo dejé aburrido durante todo este tiempo cogiendo polvo en mi estantería, hasta que lo rescaté hace poco, en un momento de crisis provocada por el final del primer volumen de Corto Maltés. Pasar del comic de aventuras a la literatura victoriana no es cosa fácil, sobre todo para alguien que, como yo, piensa que ésta es un auténtico pastelón intragable. Personajes sin sangre en las venas, maneras afectadas, dramas ridículos, malententidos absurdos por falta de comunicación, y 500 páginas para contar algo que se podría ventilar en 100, ése es el sabor de boca que me han dejado libros como "Sentido y sensibilidad" y otros - pocos - del mismo corte.
Pero "Cumbres borrascosas" es muy diferente a todo eso, tal vez por ello no gustó nada en su época. Me enganchó desde la primera página el relato de lo que puede resumirse como una historia de amor entre dos malas personas, con consecuencias para ellos y sus familias a lo largo de tres generaciones. En "Cumbres borrascosas" no existe lo políticamente correcto, los personajes son complejos, muchos de ellos malvados, se maltratan, se faltan al respeto, se torturan unos a otros, son egoístas y caprichosos, enferman de rabia, se golpean de rabia y maldicen de rabia. Arrastran a la desgracia a otros con sus decisiones, se aman y se odian, con la misma intensidad, la frustración les lleva a buscar venganza y perseguir la desgracia de quienes les rodean. ¡Un magnífico cuadro!
No desvelaré nada más de su contenido por si alguno se anima a leerlo, lo mejor es dejarse sorprender y alejar todo tipo de prejuicios que puedan tenerse sobre este tipo de clásicos de los que se oye mucho hablar, sobre todo, y en particular en este caso, debido a sus adaptaciones al cine, pero sobre los que sabemos poco de primera mano. Lo dicho, absolutamente recomendable para aliviar el tedio de las calurosas tardes del verano.