No acabo de recuperarme del susto que sufrí aquel día cuando, recién llegada de las vacaciones, puse la tele y creí que durante mi ausencia la dinastía de los Borbones había sido derrocada por los Rajoy, que habían reclamado para sí la corona de España y que el nuestro nuevo rey, Mariano I, se dirigía a la nación tras su toma de posesión para hablarnos del orgullo patrio y los nuevos tiempos...¡cuando descubro que Mariano el Polifacético se mete a apóstata del cambio climático!
La familia tira mucho, ya se sabe, y el pobre Mariano, reconociendo su ignorancia en la materia y preocupado por las alarmantes noticias que le llegan del enemigo, al que siempre se le tiene presente como una mosca en la oreja, le pregunta a su primo sobre el tema, catedrático de Física en la Universidad de Sevilla (¡miedo me da!), y éste le dice:
"He traído aquí a diez de los más importantes científicos del mundo y ninguno me ha garantizado el tiempo que hará mañana en Sevilla. ¿Cómo alguien puede decir lo que va a pasar en el mundo dentro de 300 años?"
Querido Mariano, hiciste una cosa bien y una cosa mal. Lo que hiciste bien es reconocer tus propias limitaciones, que no es poco y en consecuencia, sentir la necesidad de preguntarle a un experto. Lo que hiciste mal, te equivocaste de experto. Te quedaste a medias, como el del chiste, que fue capaz, mediante complicados cálculos, de precisar el número de ovejas que poseía un pastor, pero que al recoger su justa recompensa por la hazaña y elegir a una, se llevó al perro.
Por que Mariano, ¿en el colegio no te explicaron que el tiempo meteorológico y el clima no son la misma cosa? ¿Que el tiempo se define como el estado de la atmósfera en un determinado momento? ¿Y que el clima se corresponde con un patrón, un promedio de valores referidos a una determinada región? ¿Que la meteorología y la climatología son disciplinas diferentes? Eso lo sé hasta yo, que soy de letras y he estudiado en colegios públicos.
Que a veces el "hombre del tiempo" se equivoque en un previsión para el día siguiente, no significa que no se pueda preveer la evolución del clima a medio y largo plazo. Ni siquiera los que niegan el cambio climático se basan en las veces que han echado el paraguas en el bolso y le han dado el paseo en vano. Hay que tener mejores argumentos.
Creo que a los políticos les pasa lo que a los periodistas deportivos, tienen que hablar mucho de muchas cosas y ya se sabe, que el que mucho habla, mucho yerra.
Por cierto, la Facultad de Física de la Universidad de Sevilla ya me daba miedo antes... ahora, sabiendo que tenemos a un primo de un aspirante al trono de España, todavía me da mucho más.