Los que me conocéis sabéis que no soy muy fan de ningún Papa en general y menos de éste en particular, pero lo que está sucediendo estos días no tiene nombre, estoy indignadísima y para que no me salga una úlcera voy a descargar mi indignación en las páginas de este blog.
Como sabéis, en su reciente visita a Alemania, el Papa dio una clase magistral en la Universidad de Regensburg sobre las relaciones entre las distintas religiones. En el transcurso de la misma, citó las palabras de un emperador bizantino del siglo XIV, que se quejaba de la sangrienta expansión del Islam y de que Mahoma sólo había traido violencia al mundo. Los musulmanes del planeta, indignados por semejante falacia - relacionar Islam y violencia - se dedican desde entonces a quemar iglesias, matar misioneros y amenazar de muerte al Papa. Totalmente lógico.
¿Pero estamos locos o qué? Ya estoy más que harta de semejantes cavernícolas, que miran al resto del mundo - los infieles, como ellos nos llaman - por encima del hombro, con un orgullo desproporcionados y una sensibilidad que se hiere tan fácilmente.
En primer lugar, Ratzinger no es ningún bocazas ignorante deseoso de meter la pata y de lanzarse a una cruzada contra Oriente. Esa cita se sacó de contexto, se tomó un par de frases de un discurso que criticaba el uso en general de la religión, de cualquier religión, como justificación de la violencia, y en ningún momento insinuó siquiera - lo que sería de tontos - que compartía esa opinión. Pero además yo me pregunto, ¿y qué si fuera así? Habría que enseñarles a esos palurdos medievales que en Europa hay una cosa que se llama LIBERTAD DE EXPRESIÓN, un derecho que nos ha costado muchísimo conseguir, y al que no vamos a renunciar imponiéndonos una autocensura porque los países musulmanes se ofenden porque se les sople en un ojo.
¿Qué sabrán esta gente de sensibilidad, ellos que se pasan los derechos humanos por el forro, que tratan a las mujeres como animales, que ejecutan a sus reos a pedradas y que condenan a una mujer a ser violada por los hombres de medio pueblo por las faltas de su padre o sus hermanos? Por no hablar de que no existe ni un sólo país de régimen islámico que cumpla con los requisitos de la auténtica Democracia y del Estado de Derecho.
Sin embargo, a ellos no se les puede criticar en nada porque se ofenden, exigen constantemente disculpas y ellos no se disculpan ante nadie, nos tienen el miedo metido en el cuerpo y no podemos ni pestañear, cuando Europa tiene mucha más altura moral que ellos a pesar de todos los defectos de nuestra sociedad, que como es lógico existen. En Dinamarca dibujan caricaturas de Mahoma y ellos responden matando y amenazando a unos de los países más justos y civilizados del planeta, los dibujitos les parecen infames, la pérdida de vidas humanas y las amenazas no. El mundo al revés.
Además la reacción de muchos países Occidentales me parece vergonzosa: se ponen a temblar con el rabo entre las patas y piden al Papa que se disculpe por una falta que no ha cometido, cuando deberían limitarse a aclarar que ha sido un malentendido malintencionado y a apoyar a Ratzinger en este trance. No por él, sino por nosotros, por los que creemos en la Libertad y la Democracia. Me viene a la mente la frase de Arzalluz del árbol y las nueces. Estamos cediendo demasiado, sus reacciones desproporcionadas y absurdas no tienen razón de ser, tenemos que ser cuidadosos en seguir por ese camino.