20 enero 2009

Los crímenes de Gaza.

La política anti-judía de la Alemania nazi tuvo dos terribles consecuencias: la primera de ellas, la más inmediata y evidente, el asesinato sistematizado de millones de personas inocentes.

La segunda, la culpa hereditaria, que pasa de generación en generación, que pone una mordaza en las bocas de todos los occidentales y les impide pronunciarse en contra de los desmanes del Estado de Israel, so pena de ser acusados de antisemitismo y de olvidar el holocausto.

Gozando de poder e impunidad absolutos, los descendientes de las víctimas de entonces se comportan como sus antiguos verdugos.

Poder e impunidad absolutos convierten al ser humano en mounstruo.

1 comentario:

Ana Asuero dijo...

Ya es hora de que nos libremos de esa supuesta mordaza y, sin ninguna vergüenza ni culpabilidad, nos atrevamos a gritar contra el crimen que está cometiendo ahora mismo Israel.