18 septiembre 2006

En defensa del Papa.

Los que me conocéis sabéis que no soy muy fan de ningún Papa en general y menos de éste en particular, pero lo que está sucediendo estos días no tiene nombre, estoy indignadísima y para que no me salga una úlcera voy a descargar mi indignación en las páginas de este blog.
Como sabéis, en su reciente visita a Alemania, el Papa dio una clase magistral en la Universidad de Regensburg sobre las relaciones entre las distintas religiones. En el transcurso de la misma, citó las palabras de un emperador bizantino del siglo XIV, que se quejaba de la sangrienta expansión del Islam y de que Mahoma sólo había traido violencia al mundo. Los musulmanes del planeta, indignados por semejante falacia - relacionar Islam y violencia - se dedican desde entonces a quemar iglesias, matar misioneros y amenazar de muerte al Papa. Totalmente lógico.
¿Pero estamos locos o qué? Ya estoy más que harta de semejantes cavernícolas, que miran al resto del mundo - los infieles, como ellos nos llaman - por encima del hombro, con un orgullo desproporcionados y una sensibilidad que se hiere tan fácilmente.
En primer lugar, Ratzinger no es ningún bocazas ignorante deseoso de meter la pata y de lanzarse a una cruzada contra Oriente. Esa cita se sacó de contexto, se tomó un par de frases de un discurso que criticaba el uso en general de la religión, de cualquier religión, como justificación de la violencia, y en ningún momento insinuó siquiera - lo que sería de tontos - que compartía esa opinión. Pero además yo me pregunto, ¿y qué si fuera así? Habría que enseñarles a esos palurdos medievales que en Europa hay una cosa que se llama LIBERTAD DE EXPRESIÓN, un derecho que nos ha costado muchísimo conseguir, y al que no vamos a renunciar imponiéndonos una autocensura porque los países musulmanes se ofenden porque se les sople en un ojo.
¿Qué sabrán esta gente de sensibilidad, ellos que se pasan los derechos humanos por el forro, que tratan a las mujeres como animales, que ejecutan a sus reos a pedradas y que condenan a una mujer a ser violada por los hombres de medio pueblo por las faltas de su padre o sus hermanos? Por no hablar de que no existe ni un sólo país de régimen islámico que cumpla con los requisitos de la auténtica Democracia y del Estado de Derecho.
Sin embargo, a ellos no se les puede criticar en nada porque se ofenden, exigen constantemente disculpas y ellos no se disculpan ante nadie, nos tienen el miedo metido en el cuerpo y no podemos ni pestañear, cuando Europa tiene mucha más altura moral que ellos a pesar de todos los defectos de nuestra sociedad, que como es lógico existen. En Dinamarca dibujan caricaturas de Mahoma y ellos responden matando y amenazando a unos de los países más justos y civilizados del planeta, los dibujitos les parecen infames, la pérdida de vidas humanas y las amenazas no. El mundo al revés.
Además la reacción de muchos países Occidentales me parece vergonzosa: se ponen a temblar con el rabo entre las patas y piden al Papa que se disculpe por una falta que no ha cometido, cuando deberían limitarse a aclarar que ha sido un malentendido malintencionado y a apoyar a Ratzinger en este trance. No por él, sino por nosotros, por los que creemos en la Libertad y la Democracia. Me viene a la mente la frase de Arzalluz del árbol y las nueces. Estamos cediendo demasiado, sus reacciones desproporcionadas y absurdas no tienen razón de ser, tenemos que ser cuidadosos en seguir por ese camino.

5 comentarios:

Elena dijo...

Vamos a dar un poquito de caña:
¿Estás defendiendo las palabras de una institución que ha proclamado que a pesar del alto porcentaje de SIDA que hay en Africa no se debe usar el preservativo para combatirlo, que margina a las mujeres, a los homosexuales, etc, que proclama la humildad y la ayuda al prójimo desde su trono de oro, que tiene un pasado manchado de sangre de inocentes, etc, etc, etc?
Los civiles no merecen ninguna represalia de Oriente ni mucho menos pero estos personajes sí que se merecen que les callen la boca de una vez. Por muy culto que sea.

El Mario dijo...

Veamos, un par de puntos:

1. Tanto en lo de las viñetas como en esto, creo que la respuesta es desproporcionada a la provocación. Dicho esto, no creo que Dinamarca tuviera que pedir perdón por las publicaciones de un diario independiente por muy incendiario que sea. Sin embargo, el papa, como jefe de estado y líder espiritual, debería medir un poco sus palabras y valorar las consecuencias. Vamos, que si el Jiménez Losantos sale diciendo burradas, pues allá él (aunque por supuesto no merece la muerte por lapidación como consecuencia de sus rebuznos), si es Zapatero o Aznar quien sale diciéndolas, pues mira, como que me parece que deberían tener *tacto*...

2. Dicho esto, creo que todo esto pretende avivar un clima de tensión entre las dos facciones. Ellos no se van a cortar un pelo, y a ellos no los vamos a cambiar nosotros mediante la chulería o la presión, sino convenciéndoles de que, sea cual sea su religión, hay maneras mejores y más civilizadas de vivir que siguiendo la Sharia a rajatabla.

3. ¿Apoyar a Ratzinger? Lo mismo que apoyar al semanario danés. Pero lo mismo que el semanario danés aquél no representa a nadie más que a sí mismo, Ratzinger tiene la responsabilidad de representar a miles de personas. Por supuesto que se merece apoyo si le amenazan de muerte. No se merece eso. Pero lo dicho, Ratzinger *sí* debería intentar ser más cauto. Precisamente por ser un líder mundial. Es lo que implica tener poder, la responsabilidad. No por temor a los de enfrente, para nada, sino por la *responsabilidad* que debería estar asociada a cualquier cargo diplomático. Como dice Elenowsky, me parece igual de duro que diga esto, que que diga que los homosexuales son aberraciones de la naturaleza, aunque él no lo comparta, porque sólo está citando un texto de un estudio del siglo XV...

Mercedes dijo...

Vamos a ver Elena, a mí el Papa me produce tanta simpatía personal como a tí. Pero éso no significa que no haya que darle la razón cuando la tiene, que para una vez que no mete la pata todo el mundo se le ha echado encima. Aquí no se habla ni de la retrógrada moral sexual que propugna la iglesia, ni de sus negocios, ni de su pasado. Sólo estoy condenando la desproporcionada respuesta de un grupo de radicales ante un hecho que se tergiversó y la incomprensible actitud de muchos sugiriendo la autocensura en Europa para no molestar la sensibilidad de esa gente. Porque si la medida de nuestras libertades son las exigencias de un grupo de fanáticos delincuentes vamos listos. Y digo delincuentes, porque amenazar, atentar contra la vida y la propiedad de las personas son delitos en todos los países civilizados, y éso es lo que ellos han hecho.
Al defender en este caso al Papa no defiendo a la Iglesia como institución, sino a una persona que en el fondo es como todas y merece disfrutar de los mismos derechos que todos, entre ellos el de la libertad de expresión.
La Iglesia como institución necesita de crítica sin piedad, pero con fundamento, y desde posiciones reformadoras y progresistas. No nos hace falta para nada que un puñado de fanáticos que viven en la Edad Media le callen la boca al Papa, como tú dices, porque ellos son mucho peores y la única idea que aportan es pegarle un tiro en la frente y prenderle fuego al chiringuito.

Elena dijo...

Me has convencido, Viva el Papa manque pierda!!

Anónimo dijo...

¿y las papas aliñás, dónde me dejan las papas aliñás?